Incertidumbre global y precios deprimidos marcan el inicio de la primavera cereales en Chile

El inicio de la primavera cerealera en Chile se desarrolla en un contexto de incertidumbre global marcado por la volatilidad de septiembre, históricamente un período complejo para los inversionistas mundiales. El panorama se complica por las tensiones comerciales derivadas de las tarifas arancelarias impuestas unilateralmente por la administración Trump, medida declarada como ilegal por un tribunal estadounidense y actualmente bajo revisión de la Corte Suprema.

En medio de esta volatilidad bursátil, el sector agrícola observa signos de estabilización en los precios de los fertilizantes, aunque en niveles superiores a los registrados en los últimos dos años. La excepción es el muriato de potasio (KCl), que mantiene cotizaciones similares a temporadas anteriores, según el análisis de Andreas Köbrich, asesor de Mercado de Cultivos del Consorcio Agrícola el Sur (CAS) y del Departamento de Estudios de la Sociedad Nacional de Agricultura (SNA).

CONTEXTO DE MERCADOS Y PROYECCIONES GLOBALES

El Departamento de Agricultura de Estados Unidos (USDA) incrementó su estimación de disponibilidad mundial de -trigo de 806,9 a 816,2 millones de toneladas métricas (MMT). Este aumento refleja la mayor producción europea, liderada por Francia y Alemania, lo que genera cierta holgura en los mercados internacionales.

Köbrich destaca que tanto Rusia como Ucrania han corregido al alza sus estimaciones de cosecha, y que este último país superó los pronósticos iniciales que anticipaban una baja producción por el déficit hídrico. El USDA también proyecta un aumento en el consumo global hasta 814,6 MMT, impulsado por los actuales precios deprimidos.

En el mercado del maíz, el reporte de Estimaciones Mundiales de la Oferta y la Demanda Agrícola (WASDE) corrigió levemente a la baja la estimación de producción global, aunque confirma que la temporada 2025/26 acumulará una producción superior a años recientes. Las condiciones climáticas favorables han acompañado el desarrollo del cultivo tanto en el hemisferio norte como en Brasil y Argentina.

La cotización del maíz en 2025 se mantiene en rangos similares a 2024, por debajo de los niveles de 2023y 2022, reflejo de la abundante oferta global.

SITUACIÓN NACIONAL DEL TRIGO Y EL MAÍZ

A nivel nacional, la siembra de variedades primaverales de trigo en la región de Los Lagos presenta atrasos debido a las dificultades en el mercado de la papa, cultivo previo en la rotación que impidió liberar oportunamente los potreros.

Pese a estos inconvenientes, la intención de siembra de trigo se mantiene similar a la temporada pasada, y anticipa 173.000 hectáreas según datos del Instituto Nacional de Estadísticas (INE) y la Oficina de Estudios y Políticas Agrarias (Odepa). Las sementeras se observan en buen estado, aunque los trigos de secano, mayoritarios en el país, inician su período crítico en primavera.

Köbrich enfatiza la importancia del abastecimiento hídrico mediante precipitaciones para evitar estrés que afecte la productividad de estos cultivos. En el mercado interno, la molinería muestra interés por adquirir grano nacional mediante la Comercializadora de Trigo S.A. (Cotrisa), aunque se estima escaso el trigo almacenado en poder de los productores.

Los productores de maíz tienen el suelo preparado y esperan condiciones óptimas de siembra: temperaturas del suelo de 15°C y una humedad adecuada para garantizar buena germinación y emergencia. La superficie sembrada se mantendría en torno a las 46.000 hectáreas para 2025/26, cifra cuestionada por la Asociación Nacional de Productores de Semilla (Anpros), que estima que será al menos 50% superior, en base a la venta de semillas.

Las importaciones de maíz han crecido significativamente en las últimas cinco temporadas y han fluctuado cerca de las 2,5 millones de toneladas, donde Argentina es el origen preferente. Dicha cifras se suma a las 500.000 toneladas producidas nacionalmente.

AVENA: DESARROLLO INUSUAL Y MERCADO DEPRIMIDO

El USDA mantiene sus pronósticos sobre el mercado de avena con leves cambios, con correcciones a la baja respecto del aporte de Rusia. En Chile existe consenso sobre el desarrollo inusual de las sementeras de avena, cuyo éxito final depende de las condiciones climáticas primaverales y del abastecimiento de humedad.

El mercado de avena se encuentra deprimido y la industria procesadora no reporta interés en adquirir el grano que pudiera estar en manos de los agricultores. El INE pronostica una intención de siembra de 91.748 hectáreas, que representan una reducción del 5% en la superficie nacional.


Jorge Guzmán B.-

La Tribuna