Junta de vigilancia del río Biobío dio puntapié inicial: se firmó escritura de constitución

Bajo los principios básicos de distribuir el agua conforme a los derechos de aprovechamiento, a la transparencia en la información y a la sustentabilidad y gestión integrada del recurso hídrico, en la jornada de ayer miércoles se firmó la constitución de la junta de vigilancia del río Biobío.

En un acto realizado en el Club de golf "7 Ríos", bajo las normas sanitarias a raíz de la pandemia del coronavirus, se dio inicio formal al instrumento cuyo fin último es la gestión integrada y sustentable de la principal cuenca de la Región del Biobío.

En el acto hubo autoridades nacionales, regionales, provinciales y comunales, además de representantes de empresas, organizaciones y particulares que tienen derechos de aprovechamiento sobre dicho río.

De esta manera, además, se puso fin a poco más de dos años de trabajo en que se propició, de manera voluntaria, la conformación de la instancia que tiene un alcance regional en cuanto las aguas de ese curso fluvial son fundamentales para el desarrollo social, económico y ambiental del territorio.

El objeto principal de la Junta de Vigilancia es administrar y distribuir las aguas a las que tienen derechos sus accionistas en fuentes naturales dentro de la hoya hidrográfica del río Biobío y sus afluentes, con la excepción de la subcuenca del Laja, que lleva ocho años tratando de organizarse de la misma manera.

También están excluidas las subcuencas de los ríos Renaico y Malleco ya que cuentan con sus respectivas juntas de vigilancia.

La junta se organiza a través de una Asamblea General, formada por la totalidad de sus accionistas, con un directorio (provisorio hasta ahora) integrado por once directores; un secretario, un tesorero, un juez de río (repartidor de aguas) y por celadores.

La junta de vigilancia del río Biobío abarca la hoya hidrográfica de ese cuerpo fluvial, desde su nacimiento en las lagunas Galletué e Icalma, incluyendo los cauces aportantes a estas y termina en su desembocadura en el océano Pacífico, incluyendo a todos sus afluentes o tributarios.

La junta de vigilancia también tendrá jurisdicción sobre las aguas subterráneas de la cuenca. En este caso, los titulares de derechos de aprovechamiento de aguas subterráneas deberán estar organizados en comunidades de ese tipo para ser considerados "miembros" o "accionistas".

El abogado Santiago Acevedo, asesor jurídico de la mesa público-privada, explicó que lo ocurrido ayer fue "el puntapié inicial, el inicio formal de una institución que velará por el correcto uso de las aguas del río Biobío, lo que es una muy buena noticia para el país".

Hizo ver que aunque "tenemos una maravillosa cuenca, con muchos usuarios que aprovechan las aguas para distintos fines: agrícola, forestal, hidroeléctrica, entre otros, no están organizados y la cuenca está desprovista de una entidad que regule que cada uno hace un correcto uso de sus derechos. Además, hay otros beneficiarios que viven el río, como del turismo".

La fase siguiente es el registro "y para eso, nos falta un arduo trabajo de seguir recolectando las adhesiones y cumplir con requisitos y formalidades que exige la ley. Hay toda una labor de investigación, contacto y búsqueda que nos va a llevar a ese registro, esperamos que en el más breve plazo".

Con la representación de más del 80% de los derechos consuntivos y más de un 50% de los que tienen derechos no consuntivos, eso demuestra que "ya hay una masa crítica que quiere que esta cuenca se cuide y eso es lo que ocurre hoy", acotó.

Por su parte, Cristian Vergara, gerente general de Biobío, será uno de los miembros del directorio de la naciente organización de usuarios. Con una incidencia de cerca de 2 millones de personas a través del suministro de los servicios de agua potable, alcantarilla y tratamiento de aguas servidas, la sanitaria es un actor importante en el devenir del vital elemento.

"Es un hito súper relevante que no solo va a garantizar el funcionamiento presente del recurso hídrico, sino que está resolviendo cómo se va a enfrentar el futuro del agua", indicó el ejecutivo.

JUNTAS DE VIGILANCIA

Las juntas de vigilancia son organizaciones de usuarios contempladas en el Código de Aguas cuya finalidad es administrar y distribuir las aguas en todos quienes derechos sobre los cauces naturales. Además, procura explotar y conservar las obras de aprovechamiento común, y realizar los demás fines que les encomienden la ley y sus estatutos.

En general sirven para:

- Garantizar la correcta distribución de las aguas, es decir, conforme a los derechos de cada miembro.

- Evitar extracciones ilegales.

- Velar por la calidad de las aguas y sustentabilidad de la Cuenca, a través de la colaboración con otras instituciones y mediante la vigilancia.

- Hacer frente a proyectos perjudiciales para los recursos hídricos. Esto gracias a la organización de los usuarios.

- Generar, sistematizar y entregar información de la Cuenca, hasta ahora centralizada en la Dirección General de Aguas.

- Tomar medidas preventivas frente a posibles desastres naturales.

La Tribuna