Ayuda en tiempos duros: qué hacer cuando no se dispone de mano de obra

Los acontecimientos que estamos viviendo estos últimos meses a causa de la pandemia del Coronavirus y Covid-19 no tienen precedentes. Ha sido un golpe duro para la humanidad, un aterrizaje a nuestra vulnerabilidad y ego como especie. Sin embargo, nos hemos unido como nunca para hacer frente a esta situación y colaborar cada uno desde su lugar.

Tampoco podemos dejar de pensar en los efectos económicos que vendrán de la mano de este cuadro, y que ya se evidencian. Sin ser insensibles ante el dolor, también es un tiempo para replantearse cómo estamos haciendo las cosas, si tenemos la capacidad de afrontar este tipo de tragedias.

La agricultura es indispensable y de primera necesidad, por lo que cuidar de ella y hacer todos los esfuerzos por darle continuidad sustentable, es responsabilidad de quienes estamos en el rubro.

Hace un par de años hablábamos de los problemas que implicaba la escasez de mano de obra. Hoy ni siquiera se dispone de mano de obra. Por eso pensar en la automatización y mejorar la ya existente es quizás uno de los desafíos más importantes para el agro en el corto plazo. Todo esto sin desmedro de la mano de obra y empleos asociados al rubro, sino por el contrario.

En el caso de la fruticultura en general, ya hay experiencias desde hace años. Nuevas tecnologías se han incorporado en especies como el avellano europeo, el olivo y la vitis vinífera, que ya se manejan prácticamente automatizadas.

Respecto a las berries, hace más de veinte años ya se habían importado máquinas cosecheras, principalmente para frambuesas, que al pasar de los años fueron utilizadas también en las cosechas de arándanos, sobre todo para congelado.

El problema de las cosechas mecánicas en frambuesas es que se estropea mucho la fruta, terminando con un producto de calidad pulpa a un precio menor. Hoy se han desarrollado nuevas variedades más firmes pensadas para cosecha mecánica pero con tímidas plantaciones y sin muchos datos respecto a sus resultados.

En un comienzo las maquinarias usadas en frambuesas y arándanos eran muy robustas y sin accesorios específicos para cada especie. En aquel momento no había mucho conocimiento ni reparos por los compradores, debido a la gran demanda. Hoy en día hay cosechadoras para ambas especies e incluso con accesorios cambiables al momento de variar de especie.

También se han desarrollado maquinarias exclusivas para frambuesas/moras y arándanos. La tecnología más utilizada, por lejos, es la de agitación y rotación a través de “palillos” que golpean sutilmente la planta y hacen caer los frutos, para luego ser transportados a través de cintas dentro de la misma máquina hasta la caja recolectora de entrega final.

En el caso de frambuesas, que normalmente termina en pulpa y no fresca por el daño ocasionado por los pallilos cosechadores, la fruta queda dentro de bidones de cosecha, lo que también hace que la limpieza de la máquina deba ser más frecuente por la viscosidad del producto.

Las mayores mejoras se han realizado en el movimiento del eje de los palillos, o rotor, y en la sensibilidad de los palillos que producen el golpe, diferenciándolos para cada especie. También se ha trabajado en minimizar la caída de fruta al suelo (merma), para lo cual el cierre de las paletas recolectoras se ha estrechado para no dar espacio.

La mayoría de las máquinas cosecheras para arándanos indican, por catálogo, una pérdida de un 5 al 10% de fruta en la cosecha; sin embargo, esto depende de múltiples factores, que van desde el momento en que se entra a cosechar, pasando por la variedad y si el manejo del huerto es para máquina.

Este último punto es vital para obtener buenas cosechas mecanizadas. En los proyectos que son pensados desde un principio para mecanización, las podas y amarres son distintos a los de un huerto convencional en términos de cosecha, ya que se espera optimizar el proceso y mejorar rendimientos. Vale decir, que la máquina no estropee las plantas ni la fruta (o lo menos posible) y los rendimientos sean elevados. Esto también consigna manejos nutricionales y fitosanitarios, la mayoría de las veces, mucho más bajos que el manejo para fruta fresca.

Existe otra tecnología para arándanos frescos, conocida como cosecha neumática, que consiste en agitar el arbusto, con un soporte, hasta hacer caer la fruta en una especie de manto que se ubica alrededor de la planta para amortiguar el golpe. Parecido a lo que ocurre con la cosecha de olivos. Sin embargo, resulta ser una cosecha muy lenta y no tan económica.

Muchas especies y variedades pueden tener una solución para sus cosechas y manejos; sin embargo, hasta hoy, en frutos frescos como los berries y las cerezas, nada supera al hombre.

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