Estudio analiza las especies hortofrutícolas para la adaptación ante el cambio climático

25 noviembre 2016

Actualmente dicho proyecto consiste en un trabajo de dieciséis variedades hortofrutícolas. Para el año 2017 se pretende tener resultados de este trabajo y así emplear los resultados en los campos de la región del Biobío.

A la luz de estos antecedentes, la horticultura y fruticultura son consideradas los subsectores más dinámicos de la actividad agropecuaria de la Región del Biobío, en constante expansión y de prioridad en el sector agropecuario. De lo anterior se desprende la pertinencia de prospección de nichos agro-climáticos y de ventajas de zonas productivas.
 
En el marco de dar a conocer el primer avance del proyecto "Modelo de adaptación al cambio climático por medio de la zonificación de aptitud productiva de especies hortofrutícolas priorizadas en la Región del Biobío", este martes 22 de noviembre, en Los Ángeles, profesionales del Centro de Información de Recursos Naturales (Ciren) en conjunto con el académico de la Universidad de Chile, Fernando Santibáñez, expusieron dicho trabajo a casi un centenar de agricultores de la zona.
 
En la actividad, participó el encargado de la cartera de Agricultura en la región del Biobío, Rodrigo García, el director ejecutivo de Ciren, Juan Pablo López, junto a personeros de gobierno y estudiantes universitarios, además de agricultores pertenecientes a las provincias de Biobío, Arauco y Ñuble.
 
Este trabajo se inserta en el Programa Estratégico Nacional de Especialización Inteligente "Alimentos Saludables", de Corfo-Innova Chile, con colaboración de la Universidad de Chile, Agrimed y encomendado a Ciren por la Seremi de Agricultura de la Región del Biobío, encabezada por Rodrigo García.
 
Actualmente se trabaja en dieciséis especies, tales como el arándano, el espárrago, frambuesa, papa, cerezo, tomate, avellano europeo, poroto verde, vid, nogales, frutilla, lechuga, entre otros.
 
PROYECTO AGRÍCOLA REGIONAL
 
El estudio pretende zonificar las hortalizas y frutales de interés económico para la región, priorizados por los mismos productores e inversionistas de los rubros, con el fin de generar una propuesta regional de establecimiento de las especies que mejor se adapten a las condiciones edafoclimáticas actuales y escenarios climáticos futuros, y así diseñar un plan estratégico de adaptación, adscrito a la Estrategia Regional de Desarrollo vigente (2015-2030).
 
El proyecto se inició en diciembre de 2015 y tiene una duración de 24 meses. Ya en un año de trabajo se ha avanzado en la identificación de las áreas según aptitud productiva hacia 2050 y se han sostenido encuentros con los agricultores, fruticultores y representantes para conseguir una visión integral de las condiciones de cultivo y la evolución de las especies.
 
La Región del Biobío, cuenta con condiciones topoedafoclimáticas suficientes para robustecer, ampliar y posicionar la producción agrícola, dentro de los sectores de prioridad económico-comercial de la región. Además, de amplios recursos hídricos y nuevos proyectos de riego, por concretarse, que le permitirán aumentar su superficie con riego y así optimizar el potencial productivo regional, precisó López.
 
Estas condiciones hacen de la región un territorio favorable para la producción de diversas especies y variedades de frutales; berries, pomáceas, cerezos, frutos secos, así como de hortalizas.
 
Por su parte, el seremi de Agricultura de la Región del Biobío, Rodrigo García,  agregó que la región tiene 14.947 hectáreas de superficie frutal, lo que representa un aumento de 33,3% al catastro anterior de 2012, y la provincia de Ñuble concentra el 72,3% de la superficie frutícola regional, equivalente a 10.808 hectáreas, siendo arándano, frambuesa, cerezo, nogal y manzano rojo, las especies que lideran la producción.
 
AVANCES DE ZONIFICACIÓN HORTOFRUTÍCOLA
 
Dentro de los avances ya se encuentran terminadas las fichas técnicas de las dieciséis especies en estudio priorizadas por la región, cuya información fue validada por especialistas de los distintos centros INIA Quilamapu y Ciren. Además se prepararon las bases de suelos y climáticas de la Región.
 
Juan Pablo López, concluyó que "si bien este proyecto es regional, genera experiencia suficiente para un camino a replicar a las demás regiones agrícolas que también verán modificadas sus condiciones climáticas y requerirán de información que oriente las decisiones que permitan adaptar los cultivos al nuevo escenario de aptitud que se presente en su territorio".
 
Los productos a generar se basan en cartillas de producción para las especies priorizadas orientadas al cambio climático, un sistema de información geográfica de zonificación de la aptitud productiva de las especies priorizadas, un atlas cartográfico de cada especie priorizada.
 
ALARMAS PARA EL AGRO EN EL CLIMA
 
El investigador de la Universidad de Chile señaló que "existen incertezas hacia el cambio climático y en cuanto a rendimientos, estos podrían caer debido al estrés térmico obligando a cambios tecnológicos. El consumo de agua podría aumentar debido a una mayor demanda atmosférica. La calidad de la fruta intensificaría problemas que en la actualidad son ocasionales: golpes de sol, pardeamiento, ablandamiento, deshidratación".
 
Además, Santibáñez añadió que "en relación a sanidad, podrían intensificarse los problemas  debido al aumento de las poblaciones de insectos y de los inóculos".

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