Análisis OCDE “COVID-19 y el Sector Agrícola y Alimentario: Problemas y Políticas”

A continuación algunos aspectos destacados por  la Subsecretaría de Relaciones Económicas Internacionales , en relación al informe de OCDE sobre la situación del sector agrícola y alimentario mundial en el marco del Coronavirus.

1.- Disponibilidad suficiente de alimentos a nivel global: interrupciones en el suministro y demanda

La crisis sanitaria actual no debiera desembocar en una crisis alimentaria; es más, se estima que, en muchos países, los impactos de la pandemia en la agricultura primaria debieran ser limitados. No obstante lo anterior, el virus supone una seria amenaza a la seguridad alimentaria y los medios de subsistencia de los países más pobres, cuyos sistemas de producción agrícola se caracterizan por una mano de obra altamente intensiva y una menor capacidad para sobrellevar el impacto macroeconómico esperado.

La estructura de la demanda de alimentos ha sufrido un gran cambio debido al colapso en la demanda por parte de los restaurantes y hoteles, por el cierre de mercados al aire libre, entre otros; junto al aumento de la demanda por parte de los supermercados. Este cambio ha suscitado diversos mecanismos de adaptación, tales como la transición a plataformas en línea, reparto a los hogares, etc. En los países más pobres, los grandes desafíos para este sector dicen relación con la aplicación de medidas para contener el virus, así como los ajustes necesarios para dar cumplimiento a dichas medidas y la búsqueda de mercados alternativos.

2.- Impacto en la producción agrícola y en los ingresos

Muchos países enfrentan una escasez de mano de obra en los sectores agrícolas, especialmente aquellos que presentan períodos de alta demanda por mano de obra estacional o de producción intensiva. Por otra parte, las interrupciones en las fases posteriores han causado excedentes, poniendo a prueba las instalaciones de almacenamiento que, en el caso de los alimentos perecibles, propicia la pérdida de alimentos. En algunos productos, las interrupciones en el suministro se han visto agravadas por las reducciones en su demanda. Estas alteraciones finalmente impactan en los ingresos de los agricultores.

Asimismo, la pandemia podría alterar la disponibilidad de insumos intermedios que son fundamentales para los agricultores. En China, por ejemplo, la producción de pesticidas disminuyó notablemente; y la poca disponibilidad y/o alza de precios de insumos como los pesticidas podría afectar las cosechas y producción agrícola del 2020 y 2021, sobretodo en los países en desarrollo.

 3.- Alteraciones en la demanda de los consumidores

Se ha estimado que la mayor parte de las principales economías del mundo entrarán en recesión. En los países desarrollados, el shock macroeconómico en la demanda de consumo y empleo disminuirá levemente la demanda de alimentos, pero se espera un impacto importante en la demanda de productos de mayor calidad y de aquellos que incorporen servicios. El colapso en el consumo de alimentos fuera del hogar afectará en gran medida a los países desarrollados.

Estos cambios en la composición (y nivel) de la demanda presionarán a las cadenas de valor, propiciando ajustes en el sector de manufactura, por ejemplo. Los procesos de adaptación a la necesidad de reparto a domicilio de los alimentos a través de distintos canales, serán especialmente desafiantes para los pequeños agricultores.

Estos cambios en la demanda son el resultado directo de la aplicación de medidas de aislamiento y confinamiento para controlar la pandemia; algunos de estos cambios tienen el potencial de remodelar, a largo plazo, los hábitos y preferencias de los consumidores. La incertidumbre asociada a la evolución del consumo puede afectar decisiones de inversión, lo que finalmente podría afectar el desarrollo a futuro de las cadenas alimentarias.

4.- Interrupciones en las cadenas de suministro de alimento

Las medidas aplicadas para la contención y prevención de la expansión del COVID-19 han afectado el funcionamiento de las cadenas de suministro de alimentos. Al respecto, el impacto negativo de las medidas en la fuerza laboral ha vuelto especialmente vulnerable al sector alimentario, el que enfrentará costos adicionales para la producción y distribución (debido a las modificaciones requeridas para el procesamiento y distribución de los alimentos). En este sentido, el mercado de alimentos perecibles será el más afectado.

Asimismo, las medidas de confinamientos y restricciones de movimiento afectan los procesos de verificación de inocuidad, calidad y certificación (incluyendo la verificación del cumplimiento de requisitos sanitarios y fitosanitarios). Las referidas medidas también han causado atrasos e interrupciones en el transporte y en servicios logísticos (el alza de costos del transporte internacional mercancías por la disminución del volumen comercial y por la falta de vuelos comerciales de pasajeros; el cierre de puertos y alzas del costo de almacenamiento; entre otros).

Por otra parte, es probable que el acceso a los insumos requeridos por empresas del sector alimentario también se vea afectado.

Finalmente, en un corto y largo plazo, la pandemia podría impactar negativamente en la pérdida y desperdicio de alimentos, esto, por los obstáculos logísticos, la contracción de la demanda de alimentos perecibles fuera del hogar, etc.

5.- Apuntar a cadenas de suministro fortalecidas y flexibles para mantener el funcionamiento del sistema alimentario

Algunas de las acciones que pueden tomar los gobiernos son las siguientes:

Mantener la apertura, transparencia y predictibilidad de los mercados internacionales de agricultura y alimentos.
Minimizar los costos comerciales innecesarios o evitables de las medidas preventivas del COVID-19.
Abordar las limitaciones de la fuerza laboral en la cadena de suministro de alimentos.
Garantizar la salud y la inocuidad alimentaria a lo largo de la cadena alimentaria.
Facilitar el movimiento de los productos alimenticios.
Garantizar la seguridad alimentaria de las poblaciones más vulnerables.
6.- Lecciones a partir de la crisis COVID-19: una oportunidad para potenciar la resilencia, sustentabilidad y productividad de la agricultura y el sector alimentario

Fortalecer la preparación para hacer frente a riesgos sistémicos e identificar oportunidades para potenciar las redes entre actores interesados, tanto públicos como privados.
Acelerar las inversiones y reformas que aumenten la resiliencia del sistema alimentario. Se debe invertir en sistemas de datos que proporcionen información en tiempo real y en sistemas de bioseguridad adecuados; fortalecer las estrategias comunicacionales de los gobiernos para aumentar la confianza de los consumidores en la fiabilidad y seguridad del sistema agroalimentario.
Avanzar en medidas de facilitación de comercio que han sido aplicadas para disminuir las distorsiones en frontera, con el fin de potenciar el rol que juegan los mercados globales en asegurar la estabilización del suministro de alimentos.
Mantener y potenciar mecanismos que aseguren la transparencia y el diálogo respecto a los sistemas alimentarios.
Considerar la incorporación de un enfoque integrado con el fin de garantizar la resiliencia del sistema alimentario global

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