Los desafíos que enfrenta la industria de los berries

C on 110 mil toneladas de arándanos frescos exportados en la temporada 2017-2018, Chile marcó un récord en esos envíos. Sin embargo, para la campaña que se acerca las perspectivas son de una caída leve de entre 6% y 7%, pero manteniéndose en torno a las 100 mil toneladas. Ello ha puesto el foco de los productores y exportadores en los cambios que vive la industria, principalmente por la creciente producción de otros países y los nuevos desafíos que eso implica.

De hecho, ya se estima que la oferta peruana será de unas 75 mil toneladas este año, lo que representa dos tercios de lo que exporta Chile y que, en las primeras semanas, se topa con la producción chilena en los mercados de destino. A ello se suman producciones también al alza en países como México y Marruecos, que coinciden con algunas de las últimas semanas de la temporada chilena.

Por eso varios exportadores y consultores coinciden en que el escenario para los arándanos chilenos -el principal berry del país y del cual es el segundo productor mundial- cambió para siempre, lo que obliga a la industria, insisten, a hacer cambios no solo en cuanto a variedades, uno de los principales desafíos, sino que también a poner más atención en la calidad, desarrollar nuevos productos procesados con los berries que no califican para ser exportados frescos y reforzar la promoción en el exterior.

"En lo que más están pensando hoy los productores es en cómo competir con la oferta de otros países, y eso ha ido cambiando el estándar de calidad que se requiere. Por eso, hoy estamos más enfocados en agregar valor a nuestra oferta y diferenciarla", afirma el director ejecutivo del Comité de Arándanos, Andrés Armstrong.

El panorama es similar en el caso de las frambuesas, donde la producción mundial ha aumentado 90% durante la década y 50% si se consideran solo los últimos cinco años, llegando a 590 millones de toneladas oficiales, aunque se habla de que alcanzaría los 700 millones de toneladas, según estimaciones presentadas por Antonio Domínguez, presidente de la Organización Internacional de Frambuesas (IRO, por su sigla en inglés).

De ese volumen, Chile aporta unas 38.340 toneladas, según datos de 2017, y la industria tiene desafíos que van desde mejorar la producción hasta enfocarse más en la calidad y el embalaje.

La urgente renovación

No es un asunto nuevo, pero sí urgente: la renovación de variedades es clave para que Chile mantenga su competitividad, tanto en arándanos como en frambuesas y otros berries .

Hortifrut es la principal empresa chilena en este rubro y maneja cerca del 25% del mercado mundial de arándanos. Con una producción propia en torno a las cuatro mil hectáreas en diez países, entre los que además de Chile se cuentan EE.UU., México, China y Perú -y, como parte de este último, con la reciente adquisición de activos del Grupo Rocío-, y presencia comercial en 37 mercados, la empresa tiene una mirada global y, desde el punto de vista local, plantean que la renovación de variedades es un aspecto básico para Chile.

"El 70% de las variedades de arándanos que se producen en Chile son relativamente antiguas, lo que implica que no son necesariamente las que hoy se buscan en los distintos mercados, mientras que en otros países con menos tradición, un alto porcentaje de sus variedades son nuevas", explica el gerente de desarrollo de Hortifrut, Christian Valck, y detalla que debido a esa realidad uno de los principales focos de innovación de la compañía es el desarrollo de nuevas variedades, en los distintos berries , dentro y fuera de Chile.

En cuanto a qué se debe buscar con esta renovación, el punto clave es fruta que llegue en buenas condiciones a los mercados más lejanos, como Asia, aunque no es el único elemento.

"Las nueva genética debe tener mejores condiciones tanto de apariencia como de firmeza y sabor, aunque por sobre todo ser buenas viajeras, para no quedar disminuidas frente a la competencia de otros orígenes productivos, que tienen mejores condiciones climáticas y de cercanía al mercado, como México", plantea Jorge Andrés Varela, socio de la exportadora Agroberries, que cuenta con más de 1.100 ha de arándanos en Chile, Argentina, EE.UU. y Perú."El consumidor de arándanos se ha sofisticado y espera una mejor experiencia no solo por el sabor, sino por otros atributos, como la firmeza y apariencia. Una fruta de buen sabor, pero blanda o de pobre apariencia no puede calificarse como apta para el consumidor de hoy", destaca Jorge Andrés Varela.

Diferenciarse de los orgánicos

La aparición de la Lobesia botrana o polilla de la vid en arándanos, detectada a fines de 2013, llevó a que EE.UU. fijara exigencias de fumigación con bromuro de metilo para el berry producido entre las regiones de Valparaíso y Biobío que se exporta a ese país, con lo que los orgánicos de esas zonas perdieron esa condición.

Como consecuencia, la menor oferta en las temporadas siguientes generó un gran interés de productores de La Araucanía al sur por convertirse a orgánicos.

Huertos Collipulli contaba en esa zona con el 25% de su producción certificada como orgánica cuando EE.UU. fijó las nuevas exigencias para la fruta desde el Biobío al norte. Hoy reconocen que se vieron beneficiados por los buenos precios, pero que también hay desafíos que enfrentar.

"Este segmento tiene el desafío de que la oferta de orgánicos supera a la demanda durante el mes de enero en EE.UU., que es el mercado donde va casi la totalidad de los arándanos orgánicos chilenos. Los recibidores lo saben y eso hace que los precios bajen y que, en muchos casos, no exista un diferencial de precios con el convencional", asegura el gerente comercial de Huertos Collipulli, Jaime Prieto.

En ese sentido, cree que para este segmento es clave que Chile sea capaz de diversificar los mercados para repartir mejor el volumen.

Andrés Armstrong destaca que en la última temporada, Europa sorprendió al convertirse en el mercado que más creció para la exportación de arándanos orgánicos, aun cuando Estados Unidos sigue siendo el destino más importante.

"En Asia veo más lejanas las oportunidades para el tema orgánico, pero en Europa hay una oportunidad de desarrollo, que además hemos acompañado con un esfuerzo promocional que ya iniciamos y que, desde el punto de vista de la fruta en general, puede ser un elemento diferenciador para Chile", plantea.

Agregar valor a los procesados

En 2013, la consultora RConsulting elaboró un estudio para Odepa sobre los nuevos procesos industriales que podrían ampliar las opciones de uso de los berries en Chile, apuntando al desarrollo de productos industriales para la fruta que no califica para enviarse fresca, y que incluso abarcaba opciones para berries nativos, como el maqui.

Sin embargo, el director de RConsulting, Felipe Rosas, afirma que en los cinco años que han pasado, el escenario es similar y no hay cambios significativos en esta área, aun cuando en Estados Unidos, por ejemplo, cada año salen al mercado unos 300 nuevos productos derivados solo de los arándanos.

"En Chile, la industria es muy conservadora, y en el caso de las frambuesas, muy atomizada, con poco capital de trabajo y bajas posibilidades de invertir en producir alternativas... Salvo algunos innovadores, Chile está estancado en otorgar mayor valor agregado", comenta, y añade que en otros países ha aumentado el consumo de productos que podrían tener buen potencial, como los ingredientes en base a berries , alimentos para niños, preparados y productos gourmet , entre otros.

En cuanto a los congelados, que son el segundo segmento más relevante para la comercialización de los berries luego de la exportación en fresco, el panorama no sería tan atractivo para los productores, aun con el despegue que ha tenido en los últimos años para los arándanos (ver infografía).

"En general, al mercado mundial de berries congelados no le importa mucho el origen, sino que manda el precio y el cumplimiento de normas como las regulaciones FSMA de EE.UU., aun cuando se sabe que las frutillas chilenas son mejores que las chinas y mexicanas, que los arándanos son mejores que los peruanos y los argentinos y que las moras valen más cuando baja la producción en Serbia y Estados Unidos", afirma Felipe Rosas.

Reforzar la promoción

En EE.UU., la promoción de los arándanos cuenta con el programa R&P, manejado por el Highbush Blueberry Council, en el cual tanto los productores locales como los exportadores deben aportar US$ 18 por tonelada de fruta, lo que se traduce en que actualmente existe más dinero chileno invertido en promoción para ese país que para Chile.

Más allá de ese ejemplo, en el Comité de Arándanos resaltan que han intentado destinar los recursos para fortalecer los mercados más relevantes y estables para los envíos chilenos, además de buscar mercados nuevos.

"Con los recursos que tenemos, tratamos de generar un impacto en medios y supermercados para que vean que existe un potencial en los arándanos chilenos y eso llame la atención de más gente para que busquen el producto. La estrategia ha sido trabajar con cadenas líderes que todo el mundo mira", explica Andrés Armstrong.

Ante el aumento de la oferta de distintos países, proyecta que puede generarse una oportunidad en el mediano plazo.

"Hay que estar a la altura en términos de calidad, pero la competencia también es algo que ayuda a aumentar el consumo de arándanos, a que sea más estable y a tener precios más estables, porque cuando hay períodos de bajo suministro los precios se disparan y los embalajes cambian, y eso no es bueno para el consumidor", comenta Armstrong.

70%
DE LAS VARIEDADES que se producen en Chile son relativamente antiguas.

20%
DE LA SUPERFICIE de arándanos está certificada como orgánica.

El Mercurio