Estrés calórico en vacas lecheras y su impacto en ingreso productivo lácteo

17 febrero 2017

Se recomienda que las vacas estén sometidas a aire forzado y llovizna artificial, además que por animal exista 4 a 5 metros de sombra disponible para combatir el calor.

El estrés calórico puede ser definido como una condición en que el animal, en este caso la vaca lechera, es incapaz de mantener un equilibrio entre lo que es producción y pérdida de calor corporal.

Esto va a incluir el comportamiento en un parámetro que es fisiológico y productivo, por lo tanto afectará directamente lo que es el bienestar animal, con estas palabras comienza a relatarnos el gerente de Bienestar animal de Delaval para Latinoamérica, Enrique Bombal, el cual además ha trabajado en conjunto con el Consorcio Lechero, en su programa de Bienestar animal.

Consultado como nace esta patología al profesional de Delaval, este indicó que "se produce cuando la temperatura ambiental- uno trabaja con dos paramentos, temperatura y humedad ambiental,-  por ejemplo superamos los 22ºC y un 50% de humedad, llegamos a esa combinación, y ya la vaca empieza a entrar en  estrés calórico, porque es incapaz de disipar el calor que se está generando".

A lo anterior, hay que entender que la vaca es como un horno en cuatro patas, que tiene un metabolismo alto y que debe perder calor, por lo que estos mecanismos inciden en la medida que la temperatura ambiental empiece a aumentar por sobre los 22 grados.

EFECTOS EN LOS RUMIANTES LECHEROS

En relación a los efectos que este cuadro de bienestar animal que sufren las vacas lecheras, se generaría en el animal, propiamente tal, y en el sector productivo, Bombal indicó que los definiría esto en dos grandes áreas.

"Uno tiene que ver con lo que es el comportamiento de la vaca, y cuando hablamos de comportamiento disminuye la actividad general, la vaca se tiende a mover menos, disminuye la rumia - que es el mecanismo en que la vaca va haciendo un uso del material alimenticio-, incrementa el consumo de agua. Por otro lado, disminuye el consumo de materia seca o de alimento (por lo que baja la producción)  y la vaca tiende a buscar lugares donde haya sombra y humedad para que pueda disminuir y frenar este impacto", enfatizó el gerente de bienestar animal.

Además, en el mismo contexto, el profesional del rubro lechero, añadió que "también se da un efecto paradójico que al ser un animal de presa, las vacas cuando están con estrés calórico se comportan cómo reaccionarían a cualquier estrés o miedo, juntándose o amontonados entre ellas, y esto genera un problema todavía mayor, ya que cuando se reúnen todas y sufren más por el calor, en este caso, ellas mismas están generando el alza de temperatura, es una reacción de presa, un comportamiento ancestral".

En el segundo plano, según relató Enrique Bombal, entra el tema de producción o de la performance productiva. Donde señaló que "en la época de calor se tiene una caída en la producción de leche, tema importante para los productores lecheros, se ha visto que disminuye la concentración de grasa y proteína, que son  sólidos que están presentes en la leche y también son uno de los principales factores para el pago de la materia prima, además, aumenta la consideración de células somáticas, que eso es negativo, o sea también habría una merma en la calidad de la leche y habría otros parámetros que son importantes, como es por ejemplo, alteración de los parámetros reproductivos y de la ineficiencia de alimentación, es decir, la vaca comiendo lo mismo, produce menos leche".

PÉRDIDAS ECONÓMICAS

Existe una pérdida económica, nosotros en un estudio que hicimos hace un año, dentro del Programa de bienestar animal del Consorcio lechero, estimamos más menos para el caso de Chile, para las regiones que están en la zona central, que el estrés calórico puede generar una pérdida económica entre 19 mil pesos a 228 mil pesos por vaca/por año, que es bastante, desde el punto de vista de la rentabilidad que puede tener un predio lechero cuando se hace una rentabilidad por vaca, a esto se le llama merma económicas.

MEDIDAS PARA COMBATIR EL ESTRÉS CALÓRICO

Dentro de las medidas para combatir  el estrés calórico, el gerente de bienestar animal de Delaval, indicó que  "hemos identificado algunos tratamientos que debemos abordar  para el estrés calórico, como es el uso de sombra, ya que se ha detectado en este último tiempo en Chile,  que no todos los predios cuentan con la cantidad y calidad de tipo de sombra necesaria para los animales".

Es por esto, que a lo anterior, según indicaron desde Delaval y del manual para el estrés calórico del Consorcio Lechero es que se debe tener una sombra mínima por animal, por metros cuadrados. Para esto, Bombal explicó que "esto puede ser entre 4 a 5 metros cuadrados por vaca, y eso hasta ahora no se estaría cumpliendo.  Al tener buena sombra, lo que se puede lograr es bajar la radiación solar, que también es un factor que consideramos cuando hay problemas de estrés calórico".

Una segunda medida es la disponibilidad de agua en cantidad y calidad,  ya que según Enrique Bombal, hay que tener en cuenta que una vaca lechera consume 4 litros de agua por cada litro de leche que produce, es por esto que "si una vaca que produce 25 litros de leche al día estaría consumiendo alrededor de 100 litros de agua al día, y si eso se ve impactado por el estrés calórico esto puede aumentar en un 20 hasta un 50 por ciento, sumado a este consumo de agua, por lo tanto la disponibilidad de agua es importante", expresó el profesional de Delaval para América latina.

Como tercer punto y que también se está dando prioridad, hoy en Chile, es el uso de sistemas que combinen la implementación de métodos de enfriamientos directo en las vacas, es decir, aplicar ventilación forzada más aspersión.

El gerente de Delaval, a lo anterior, señaló que "hay que montar sistemas  de enfriamiento en las lecherías nacionales, en los patios de espera, a nivel del comedero o en algún espacio de enfriamiento donde las vacas se enfríen con ventiladores  y se le agrega una aspersión o llovizna por algunos minutos para bajar la temperatura corporal".

A lo que agregó Bombal que "con esto también logramos bajar lo que es el estrés calórico y evitar que se produzcan las mermas productivas, para que no caiga la producción de leche, no haya un efecto negativo en lo reproductivo y  que la tasa de conversión  de alimento se mantenga en la época de verano". 

RECOMENDACIONES

Una de las condiciones que debiésemos lograr es que la vaca se mantenga bajo los 39ºC  de temperatura corporal, con eso  vamos a lograr que el vacuno mantenga en niveles de producción los parámetros productivos que se la lechería requiera.

La vaca se va a ordeña 2 a 3 veces al día dependiendo de la zona donde se encuentre, y lo ideal sería, por ejemplo, que lo hemos hecho en algunas lecherías, es ajustar el horario de ordeña de la tarde. Por ejemplo, si sabemos que la condición térmica es más alta en las horas de la tarde, lo que podemos hacer es bajar un poco esa ordeña, acomodar el horario para que no toque traer a la vaca a la sala de ordeña en la hora de más calor.

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